domingo, 28 de septiembre de 2014

ENTRE PAÑALES....

     Hola chicas, ya vamos poco a poco asomando todas por los blogs después de disfrutar del buen tiempo, de la naturaleza, de la familia...

    En estas fechas ya apetece cambiar el intenso calor por unas temperaturas más fresquitas; recogernos en casa propia o de amigas; y que entren las ganas de trabajar, de disfrutar de cosas distintas a las que hemos estado haciendo hasta ahora.

     El patchwork....¡que ganas tenía de que cambiara el tiempo con esas temperaturas tan agradables y con ese cambio de colores..!  ¡de ponerme a preparar mis acolchados, de perderme entre telas, hilos, botones, cintas.....! Con el intenso calor no es lo mismo. ¿No os parece?

    Bueno, entrando en materia, en esta entrada os quiero, en primer lugar, saludar a todas y desearos un otoño-invierno muy fructifero en cuanto a labores se refiere; y, en segundo lugar, mostrar unas fotos de un pequeño trabajo que hice para regalar a una amiga cuando tuvo su primer hijo, casi nada....! Es una niña preciosa que se llama África, de pelo oscuro y blandita, blandita....

   Pero ya sabéis las que me conoceis un poco que no puedo enseñar un trabajo sin a la vez contaros una pequeña historia. Y ahí va.....

"Un hombre que paseaba por el bosque vió un zorro que había perdido sus patas, por
lo que el hombre se preguntaba cómo podría 
sobrevivir. Entonces vió llegar a un tigre
que llevaba una presa en su boca. El tigre
ya se había hartado y dejó el resto
de la carne para el zorro.



Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del mismo tigre. El
comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo:
<<Voy también yo a quedarme en un rincón,
confiando plenamente en el Señor, y éste
me dará cuanto necesito>>.


Así lo hizo durante muchos días; pero no 
sucedía nada y el pobre hombre estaba casi
a las puertas de la muerte cuando oyó una Voz que le decía:
<<¡Oh tú, que te hallas 
en la senda del error, abre tus ojos a la 
Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado>>



Por la calle vi a una niña aterida y tiritando de frío dentro de su ligero vestidito y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me encolericé y le dije a Dios: <<¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para solucionarlo?>>.

Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió: <<Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a ti>>. ("El canto del pájaro", Anthony de Mello, s.j.)

       Deseo que hayáis disfrutado de este pequeño relato tanto como yo.

         Estos son los zorros sacados del último libro de Tilda. Son preciosos y dulces como África.

       Sé que a su madre, Cristina, le han encantado y que están acompañándola y velando sus sueños en su preciosa habitación.





      Espero que os haya gustado tanto como a mí hacerlos y regalarlos. Gracias por vuestros comentarios.

        Me despido con esta última foto, dedicada a mi hija Clara, autora del logo del blog.



Hasta pronto.